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viernes, 28 de agosto de 2015

La razón. I Relato propio.

¿Un día normal? ¿Qué es un día normal? Margot no lo sabía, no había visto uno desde que tenía propio uso de su razón. ¿Razón? ¿Tenía razón? Siempre había oído que no era una niña normal, que su cabeza funcionaba... Digamos que... de otro modo.

Ahora, después de tantos años, había aprendido a lidiar con ello, con esa gente que al pasar a su lado se apartaban sin disimulo alguno, como si ella fuese a atacarles en algún momento. Ellos no la entendían. Nunca lo hicieron. Y como bien es sabido, los humanos tenemos miedo a aquello que no entendemos. 

“No les prestes atención, Margot.” La mano de la muchacha tembló ligeramente al coger su taza de café. – Cállate. – Sin embargo, hizo caso. Dejó de mirar fijamente al grupo de chavales que parecían hablar de ella dos mesas más allá.

“Nos hemos levantado torcidas por lo que veo...” Margot iba a contestar, siempre lo hacía, no podía evitarlo. Pero en ese momento una doctora pasó por su lado, por lo que, en su lugar, solo dejó escapar un pequeño gruñido de aviso.

-          ¿Ocurre algo, Margot? – La doctora Castile se giró sobre sus talones.

-          No, nada... – La muchacha en seguida se levantó y tras coger su libro se fue sin intercambiar miradas con nadie. Sin terminarse el desayuno.

“Pues volvemos a ser tú y yo...” Una vez en su habitación, Margot se dejó caer en la cama aun deshecha. – No hay un tú y yo. Nunca lo ha habido, nunca lo habrá.

“Sabes que eso no es verdad, siempre seremos tu y yo. Nadie más.”




-          Te odio... – Sentenció la muchacha y acto seguido se colocó sus cascos, subió la música todo lo que le permitía el viejo reproductor e intentó desconectar, aislarse hasta de si misma. 

Como siempre que esto ocurría, miles de ideas comenzaban a surgir en su cabeza, ideas que ella enseguida trataba de recopilar, de darles forma y plasmar en el papel. Así tenía su cuarto, montones de papel, por casi todos los rincones, llenos de pequeños y grandes relatos que surgían de su cabeza. Escritora. Ella siempre quiso ser escritora... Algo que se quedó en eso, una ilusión, una idea alocada que nunca se vería realizada.

Tan ensimismada estaba que la mañana se fue, al igual que la hora de la comida, por suerte para ella, tenia una pequeña reserva de alimentos que había ido guardándose las veces que no le apetecía comérselos.

El tiempo continuó pasando hasta que llegó la hora de las duchas y la campana que le avisaba de su turno retumbó incluso por encima de la música.

Margot se vio obligada a quitarse los cascos, muy a su pesar. Ese desagradable sonido siempre conseguía ponerle los pelos de punta.

“Un día deberías cargarte esa abominación.” La carcajada irónica de Margot sonó justo cuando la campana se calló. – Justo después de que consiga terminar contigo.

“Pues ese timbre seguirá sonando durante mucho, muchísimo tiempo.” El portazo que dio la chiquilla al dirigirse a la ducha camufló esa risa aguda y aun más desagradable que el sonido de la campana.

Con la mirada fija en su reflejo, Margot comenzó a desvestirse. Tenían un tiempo pasa ducharse, pero a ella le gustaba desperdiciarlo un poco y quedarse así, delante del espejo, desnuda, buscando algún resquicio de la niña que pudo ser. Pero nada quedaba. En su lugar, unos ojos casi negros la contemplaban como vacíos. Una piel pálida por la falta de sol en esta época. Melena marrón, muy oscura, quizás demasiado larga. ¿Quién era esa chica del espejo?

“Somos nosotras, niña.” “O bueno, lo que queda de nosotras.”

-          P.perdón, ¿Vas a pasar a la ducha? – Una voz tímida interrumpió su soledad.

-          Si, ahora voy. – Contestó Margot, y al darse la vuelta le puso cara a esa voz. Otra chica, obviamente, en un baño de chicas. Parecía más pequeña que ella. Nunca la había visto, quizás... Podría intentar... “Ni se te ocurra, no sabrá estar contigo.” - ¿Pero cuál es tu problema?

 ¿P.perdona?

-          No, tu no... Lo siento. – Margot se da la vuelta, recoge su neceser y con paso acelerado se mete en la única ducha individual libre.

“¿Ves como tengo razón? Siempre tengo razón.” 

10 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu relato ¿has pensado en continuar la historia? Puede ser interesante, yo lo leería :)
    Un saludo!

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    1. ¡Muchas gracias! Pues lo cierto es que de momento no tenía pensado continuarla... jajajaj
      Pero puede que más adelante si lo haga, si es así, te aviso. Me alegra saber que lo leerías jajajja
      ¡Besitos!

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  2. Si continuas el relato yo también lo leeré ;)
    Podría llegar a ser el principio de un gran libro.
    Un beso.

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    1. Woo! jajaja ¡Muchas gracias! Me hacen muy feliz estos comentarios jajajajaj.
      Me lo pensaré :)
      Un beso!

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  3. Hola! Me ha gustado mucho tu relato.
    Gracias por pasarte por mi blog, ya tienes otra seguidora. ;)
    Besos.

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    1. Muchas gracias! Y gracias por únirte!
      Besos, nos leemos! ;)

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  4. Hola , que bonito relato *_*
    estoy de acuerdo con las chicas anteriores, lo tienes que continuar
    yo lo leería encantada :D
    Gracias por pasarte por mi blog , me quedo por aquí y te sigo
    un besoo ^^ nos leemos

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    1. Muchas gracias por todo! jajajajaj :)

      Besos, nos leemos! ;P

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  5. Hola! Gracias por invitarme a pasarme, me gusta mucho tu blog así que por aquí me quedo :) un beso!

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    1. Hola! Pues más que bienvenida! jjajajaja
      Gracias por unirte!
      Besos!! :) Nos leemos

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